Queridos lectores. Llevo un par de días rememorando aquellos célebres versos de Machado que todos aprendimos de pequeños:
Al olmo viejo, hendido por el rayo/ y en su mitad podrido,/ con las lluvias de abril y el sol de mayo,/ algunas hojas verdes le han salido[...].
Ocurre que, anteayer, se cayó el álamo del parque. Viejo también. Carcomido por la edad y el vago recuerdo de haber visto desaparecer la vega bajo su pie. Exhausto del hombre y sediento de tierra volcó hacia el coqueto parque de juegos para niños. Sus dos enormes ramas, como signo de victoria, se estrellaron contra la tarima en un estruendo, arrastrando al tronco podrido desde su base y sorteando a dos balancines del mobiliario que resultaron intactos.
Ese álamo murió como un héroe. Hueco como estaba, supo sostener sus ramas hasta que la tempestad de viento de unas semanas atrás le hizo crujir el alma. Pero entonces no cayó. Aguantó a duras penas, durante unos días, en un equilibrio tan precario que bastó el peso de un puñado de gotas de lluvia para hacerle caer. Por eso es un héroe. Por morir de viejo y por saber que lloviendo, ningún niño jugaría en el parque.
Al olmo viejo, hendido por el rayo/ y en su mitad podrido,/ con las lluvias de abril y el sol de mayo,/ algunas hojas verdes le han salido[...].
Ocurre que, anteayer, se cayó el álamo del parque. Viejo también. Carcomido por la edad y el vago recuerdo de haber visto desaparecer la vega bajo su pie. Exhausto del hombre y sediento de tierra volcó hacia el coqueto parque de juegos para niños. Sus dos enormes ramas, como signo de victoria, se estrellaron contra la tarima en un estruendo, arrastrando al tronco podrido desde su base y sorteando a dos balancines del mobiliario que resultaron intactos.
Ese álamo murió como un héroe. Hueco como estaba, supo sostener sus ramas hasta que la tempestad de viento de unas semanas atrás le hizo crujir el alma. Pero entonces no cayó. Aguantó a duras penas, durante unos días, en un equilibrio tan precario que bastó el peso de un puñado de gotas de lluvia para hacerle caer. Por eso es un héroe. Por morir de viejo y por saber que lloviendo, ningún niño jugaría en el parque.